Crearse una cuenta nueva en Instagram o Twitter puede dar algo de vértigo durante los primeros días. Empezar en redes sociales implica enfrentarse a los 0 seguidores, al vacío de publicaciones, al diseño predeterminado… Pero es un trabajo que merece la pena realizar para beneficiarse de las ventajas que ofrecen estas herramientas. Tanto las empresas como los trabajadores por cuenta ajena pueden mejorar su rentabilidad o sus oportunidades laborales con una buena labor en redes sociales. En los tiempos que corren, resulta casi obligatorio estar presente en estas plataformas: de lo contrario, solo aparecerán problemas. Para evitar esta situación, sigue leyendo este artículo.
Toda buena estrategia, en este caso de comunicación, tiene un principio, así que analicemos en profundidad los primeros pasos a seguir en redes sociales:
¿Qué esperas de tu presencia en redes sociales? Ponte retos concretos y realistas, ya sean cuantitativos o cualitativos. Así, podrás comprobar si estás obteniendo los resultados esperados o no. Esto implica un proceso de prueba y error donde irás modificando y perfeccionando tu estrategia. Para ello, necesitas herramientas de análisis de datos en redes (como Metricool o las propias estadísticas que ofrecen las plataformas sociales). Por ejemplo, algunos objetivos podrían ser: alcanzar 500 seguidores en un mes, cinco interacciones como mínimo en cada tuit o 100 visitas en la página web provenientes de las redes sociales. En este sentido, sería buena idea recurrir a la técnica SMART para establecer objetivos específicos, medibles, alcanzables, orientados y temporales.
Ya tengas una empresa o seas un profesional autónomo, tus productos o servicios se dirigen a un sector de la población concreto por encima del resto de públicos. Esto funciona parecido en las redes sociales, ya que deberías establecer una estrategia de comunicación adaptada a cada público y red social, ya que no todas funcionan del mismo modo. Por ejemplo, la media de edad de los usuarios en Facebook es más elevada que la de Instagram. Busca tu público objetivo principal y otros subgrupos para adaptarte a ellos en forma y medio.
De esta manera, una vez concretados los objetivos y el público potencial, es posible elegir las redes sociales más convenientes. Recordemos cuáles son las más comunes: Facebook, Instagram, Twitter, TikTok, LinkedIn, Pinterest, YouTube y Telegram. Aquí también entra en juego la naturaleza de tu empresa, pues la estrategia de comunicación no será la misma para un restaurante vegano, un despacho de abogados o una distribuidora de cine. Por tanto, investiga las características particulares de cada plataforma y qué funciona mejor en unas y otras para seleccionar las mejores para tu estrategia. Recuerda que la constancia es imprescindible en redes sociales, por lo que evita estar presente en todas y concentra tus esfuerzos en aquellas que puedan ofrecerte mayores beneficios.
Una vez elegidas las plataformas, crea una cuenta nueva y dale una imagen visual actualizada y atractiva según las tendencias digitales del momento. Configura la foto de perfil, el encabezado, el nombre, el usuario, la biografía… La primera impresión es esencial.
Al principio hay que sobreponerse al vacío de un perfil nuevo. Para ello, mientras compartes las primeras publicaciones, es esencial que tu público más cercano o fiel te ayude a difundirlo. Aquí entra en juego el boca a boca para convencer a tus amigos, familiares, conocidos o clientes para que sigan tus perfiles. Puedes hacerlo hablando en persona, haciendo un anuncio en tu perfil personal o, en caso de que tu empresa ya tuviera una cuenta en otra red social, transportando a esos seguidores a tu nuevo perfil. En caso de tener tarjetas de visita o página web, añade iconos sociales que remitan a tus redes. De esta forma, conseguirás una base de seguidores que facilitará la atracción de nuevos usuarios.
Aquí está la clave de empezar en redes sociales. Antes de vender y promocionar tus productos o servicios, debes atraer usuarios interesados en tu marca al completo, tanto por lo que ofreces como por la experiencia que aportan tus redes. En este sentido, presta especial interés al contenido visual, propio, vinculado con la actualidad, cercano y humorístico.
Como ya comentamos, es imprescindible mantener una periodicidad constante en todas las redes sociales. Para ello, puedes crear un calendario y establecer una frecuencia de publicación en cada red social. Así te asegurarás de mantener activas todas tus cuentas: si no, tus seguidores se preguntarán para qué sirve seguirlas.
Si sigues adecuadamente el resto de pasos, estarás más cerca de crear una comunidad fiel entre tus seguidores, humanizando la labor de tu empresa y acercándote a los clientes. Para ello, es clave mantener una interacción con ellos: deben sentirse cuidados, relevantes y parte de tu empresa. Por tanto, si tus seguidores tienen una experiencia gratificante, será más fácil atraer nuevos usuarios y ampliar tu alcance.
Desarrollar con éxito cada uno de los pasos anteriores implica esfuerzo y tiempo. No es una tarea sencilla y requiere de mucha paciencia. Por ello, ten en cuenta estas cuatro recomendaciones a la hora de empezar en redes sociales:
Por tanto, recuerda: empezar en redes sociales puede parecer sencillo, pero si quieres buenos resultados necesitarás una gran estrategia organizada y llamativa. ¿Te atreves?