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Las redes sociales son un todo conformado por unidades que, aunque pudieran parecer un conglomerado homogéneo, son muy diferentes entre ellas. Existe un denominador común: compartir contenido con personas que no están físicamente a tu lado, pero a quienes les interesa aquello que publicas. Interactuar con esas cuentas a las que consideras “amigos” o “seguidores” y crear una comunidad o formar parte de alguna. Empaparte de contenido, inspiración, descubrir otras culturas, poder ver cómo se vive o cómo se piensa en otras partes del mundo, incluso aprender. Pero, más allá de ese paraguas que acoge lo básico y la raíz de lo que una aplicación necesita para llamarse red social, cada una es un mundo diferente con un lenguaje propio, bromas propias, modos de comportamiento, etc.
Es por ello que, como empresa, debes elegir con acierto a qué red social perteneces. Podría parecer que pertenecer a todas es lo más óptimo para llegar a la mayor cantidad de personas, pero la realidad es que una buena estrategia de marketing parte de saber a quién te diriges. Conocer al público que se esconde tendencialmente detrás de cada red social es un factor importante para decidir si formas parte de ella o no. Sin embargo, también es fundamental saber qué clase de contenido se crea en ellas, y cómo se hace, pues puede que ese espacio no sea el más adecuado para tu marca, o para tu equipo.
Contenido para TikTok: vídeos y humor
Lo bueno de TikTok es que es la última red social en haberse creado. Lo malo es que, precisamente por ser la última, todo va muy rápido y rodado. Por ahora, el único formato del que bebe TikTok son vídeos, anuncios y compras.
El contenido que hay en TikTok es un contenido definido por la palabra viral. Las tendencias en esta red social vuelan y si tu equipo no puede dedicarle demasiadas horas para ser conscientes de la jerga, las transiciones, los temas, los hashtags y un largo etcétera, esta no es tu red social.
El contenido de TikTok es un vídeo editado, con transiciones, efectos y cortes, donde no importa que se note que ha sido recortado. Donde la música tiene un papel determinante y que, aunque puede variar, el humor y el desparpajo son protagonistas. Por ello, si crees que tu negocio no es el más adecuado para este tipo de contenido, quizá no debas unirte a esta red.
Pero, si por el contrario dominas la edición de vídeo necesaria (que no es muy complicada porque existen tutoriales y plantillas), estás al tanto de las tendencias y tienes tiempo para hacer las tomas necesarias, adelante.
En esencia, TikTok es improvisación, no es necesario tener un gran fondo o una gran calidad de imagen aunque, como decíamos, está todavía en crecimiento y ya se está profesionalizando. No obstante, la edición es sencilla y prima la ola de la viralidad, por lo que una semana el contenido de TikTok puede ser cómico, a la siguiente puede ser introspectivo, a la siguiente crítico con la sociedad…
Lo bueno es que la temática es muy amplia pues hay todo tipo de cuentas. Por lo que lo más determinante de esta red social, para diferenciarlas de las otras, es el formato de vídeos y la forma en la que se publican esos vídeos.
Twitter: La comedia
Twitter comenzó siendo inmediatez, información y noticia y ha terminado siendo un sketch de comedia. Esto no quiere decir que no siga siendo fascinante cómo puedes conocer lo que ocurre en la otra parte del mundo ni que no se utilice con fines informativos. Pero, si hay algo que caracteriza esta aplicación, es el microcosmos que se ha creado en torno a ella.
En esta red social, los memes son clave. Una empresa en la que sus trabajadores lleven traje, puede dedicarse a hacer chistes, memes, contestar a sus seguidores y vacilar a otras marcas en esta red social sin que se vea fuera de lugar.
El contenido tiene que ser claro, preciso y rápido. Los caracteres están muy limitados y aunque el texto sea más importante que la imagen, si escribes un hilo es recomendable que se incluyan algunas imágenes.
LinkedIn: La red corporativa
Si Twitter es comedia, LinkedIn es seriedad. Hasta el nacimiento de LinkedIn se pensaba en las redes sociales como un sitio de amigos, familiares y conocidos. Las personas se conectaban con fines de ocio y entretenimiento, y ni se imaginaba que una red social pudiera ser una herramienta para conseguir trabajo.
El contenido de LinkedIn es profesional. Tus logros de trabajo, tus puestos, tus estudios, tus trabajos, tus investigaciones, todo ello es contenido e información que debes ir compartiendo y actualizando según sea necesario y vayan surgiendo cambios en tu vida profesional.
Mientras tanto, se asemeja a Twitter en tanto que puedes repostear contenido de otras cuentas en tu perfil, como ocurre en Facebook. Lo recomendable es que estos artículos o publicaciones que compartan sean siempre relacionadas con tu campo de trabajo, más que con tus gustos o aficiones.
Instagram: Apariencia e imagen
Si decíamos que Twitter era más información que imagen, Instagram es su polo opuesto. El texto que acompaña a las imágenes es importante, y se suele leer, pero lo que determina el éxito del contenido es la imagen. Instagram es visual.
Por lo tanto, la calidad de la fotografía, la edición, la apariencia de las personas que aparezcan y otros factores similares son muy importantes para captar la atención del tráfico de la aplicación. El contenido tiene que resultar atractivo, estimulante e inspirador. Si se puede acompañar con un texto en el mismo estilo, es recomendable, pero no suele ser conveniente que los párrafos sean muy grandes, ni el texto muy amplio.
Generar interacción con los usuarios también es fundamental, por lo que suele ser provechoso preguntar cosas, animar a los seguidores a comentar, crear historias con interacciones como preguntas, encuestas, etc.
Lo más importante sobre el contenido de las diferentes redes es saber qué es lo que se lleva en cada una de ellas. Utilizar el lenguaje, estilo y modos de comportamiento óptimos y comunes en cada una de ellas.