Un copywriter es una persona que se dedica a escribir para una empresa con un objetivo comercial. Redacta contenido con el fin de que este funcione como una estrategia de marketing y la empresa consiga aumentar sus ventas. A día de hoy, gran parte de esas estrategias se concentran en el plano digital, donde las redes sociales ocupan cada vez un lugar más determinante.
Algunos diccionarios traducen el término “copywriter” como redactor creativo, aunque la realidad es que más que creatividad, lo que necesita conseguir quien se dedica a este oficio, es ser persuasivo y acertado. No se trata de ser innovador e imaginativo, sino de acertar con la palabra correcta.
Actualmente casi todas las empresas centran sus esfuerzos de marketing en la red, y gran parte de este contenido al que se dedica el copywriter (aunque no todo) es online. Es una profesión muy cotizada y variada. Un copywriter puede ser parte de la plantilla de una empresa, o puede ser un freelance. Es común que se pague al trabajador por textos o artículos, incluso por palabras. De aquí se empieza a extraer que la elección de cada palabra es determinante para el éxito comercial.
Podría pensarse que el único texto que importa a nivel comercial es el contenido de una nota de prensa, el texto de un anuncio publicitario, o un post en redes sociales. Todos ellos son muy importantes a nivel comercial, pero la realidad del marketing actual es que cualquier forma de contacto con el cliente puede ser una gran oportunidad de venta. Los anuncios o posts no son las únicas cosas que lee un cliente. El menú de tareas, los emails, la descripción de un producto en la web, la información sobre la empresa… todas esas informaciones pueden funcionar como publicidad si consiguen atraer al cliente y que este deposite su confianza en la empresa.
Por lo tanto, el copywriter se encarga de optimizar cualquier palabra y contenido para que este resulte atractivo para el cliente, que sea persuasivo y se transforme, a corto o largo plazo, en una venta.
El trabajo del copywriter en redes es fundamental pues rara vez se lee todo el texto de una publicación. Por eso es importante saber dónde y cómo poner la información importante. El comportamiento en redes a veces puede resultar muy alienante, por lo que saber parar al usuario en tu publicación, hacer que lea el texto, y más allá, conseguir que realice una acción, es tarea difícil. Y podría parecer que todo el peso recae en la imagen y lo gráfico, pero el texto es fundamental. En esa lucha por captar la atención entre tantos perfiles y palabras es fundamental saber elegir la palabra correcta.
El objetivo principal del copywriter en redes aumentar las tasas de conversión, lo que se puede lograr de varias maneras:
Los comentarios son uno de los mayores objetivos de un copywriter de redes, pues además de aumentar la conversión, mejoran el posicionamiento. Se trata, por lo tanto, de fomentar la interacción lo máximo posible.
En particular, gran parte del trabajo del copywriter en redes se centra en el contenido publicitario, el más importante porque requiere un coste, aporta un beneficio y, por lo tanto, es necesario que cumpla un objetivo. Este puede ser un número específico de clics, de seguidores, de compras….
El lenguaje de las redes sociales no es el mismo que el de una página web. El copywriter debe saber qué es lo que busca un lector y qué es lo que más interés le genera dentro de tu perfil, tu marca y tu oferta.
Más detalladamente, el copywriter en redes se encarga de:
En líneas generales, no es recomendable escribir grandes párrafos en redes sociales, ni tampoco un gran número. El usuario no los lee y suponen en gran parte una pérdida de tiempo. El hashtag será una de las armas más poderosas para el copywriter. Los leen los lectores pero también sirven para la clasificación del post y el posicionamiento de la publicación o historia dentro de las aplicaciones. Al igual que el hashtag, los emoticonos son ya un elemento más del lenguaje en redes. Acompañan a las palabras o incluso las sustituyen, aportando un tinte de emoción y descripción que a veces el lenguaje escrito tiene problemas en alcanzar. Generan un tono desenfadado y un tanto informal que en determinadas aplicaciones tiene mucho éxito pero, por encima de todo, son unos excelentes llamadores de atención.