En una estrategia de marketing de contenido, el objetivo es crear materiales interesantes para tus clientes potenciales. Los internautas deberían sentir la necesidad de leer tus artículos de blog, pero la clave está en conseguir que los compartan con su círculo personal. Recuerda que la mayor prueba de que un contenido es enriquecedor y útil para los usuarios es que estos se tomen la molestia de compartirlo con sus conocidos. ¿Y qué puedes hacer para llegar a ese nivel de satisfacción con tus lectores? Una de las respuestas la encontrarás en este artículo y consiste en estructurar artículos pensando siempre en tu público objetivo.
¿Para qué sirve estructurar artículos? ¿Por qué deberías invertir tiempo en planificar su desarrollo? Desde OCCAM te lo explicamos con estas cinco ventajas:
Hay que atender cada mínimo detalle de las entradas de blog, desde la primera palabra del título hasta el punto final de la conclusión. Por ello, descubre cómo estructurar artículos llamativos para tus buyer personas subiendo estos cinco escalones:
Siguiendo la necesaria planificación de tu estrategia de contenido, tienes que generar ideas de artículos para alimentar tu campaña. Ten en cuenta que tu blog debe ir más enfocado a crear material educativo y didáctico que a escribir sobre tu marca y sus servicios. Por tanto, centra tus esfuerzos en señalar los problemas de tus clientes potenciales y las preguntas que realizan en Internet para resolverlos con tu contenido.
En este sentido, es esencial hacer un estudio de las palabras clave de tu sector y de los temas concretos sobre los que quieres escribir. Así, irás creando contenido general sobre los conceptos esenciales, así como contenido más específico a partir de palabras clave de cola larga. Por ejemplo, uno general sería: “Qué es el inbound marketing”. En cambio, uno específico podría ser: “Las etapas del recorrido del comprador” (en negrita destaco las que serían las palabras clave de cada título).
Combina estos dos tipos de títulos y recuerda que todo el contenido debe estar relacionado con los temas sobre los que quieres posicionarte como un referente en tu sector.
El título es el escaparate de tu artículo y de él depende que los usuarios quieran hacer clic, leerlo o ignorarlo. Por ello, debe ser atractivo, pero también directo, conciso y claro. Debe resumir fielmente todo su contenido, ya que nadie quiere sentirse engañado: por supuesto, evita el clikbait.
Primero, escribirás un título provisional que revisarás al terminar de escribir el artículo para comprobar que es fiel a su contenido. En ese momento, ten en cuenta estas recomendaciones: intenta que el título no tenga más de 60 caracteres, incluye siempre la palabra clave (mejor si la sitúas al principio) y utiliza corchetes si lo consideras oportuno. Piensa cómo realizan búsquedas tus clientes potenciales en Internet e intenta adaptar los títulos a ello.
Tendrás que estructurar artículos según el tema y el título, pero los métodos más comunes, sencillos e idóneos son estos dos:
Aunque estos sean los formatos más recomendados, pueden utilizar la estructura que consideres más apropiada en cada caso. Aun así, recuerda que el objetivo es conquistar al lector para que su experiencia con el contenido (y la empresa en general) sea lo más enriquecedora posible.
El cuerpo es la parte más consistente, extensa y resolutiva de un artículo. Según HubSpot, la extensión recomendada para las entradas de blog es de 2.100 palabras, y la gran mayoría pertenecen al desarrollo. Por tanto, veamos algunas recomendaciones para escribir el cuerpo de los artículos:
Por último, no te olvides del diseño web (otorga el protagonismo que merece al espacio en blanco) ni del diseño responsive, que será el que garantice una lectura correcta desde cualquier dispositivo. Recuerda también seguir siempre el plan editorial de la estrategia para mantener la unidad y la concordancia entre todo el contenido de la web.
Lo ideal al escribir un artículo, es dejar para el final tanto la introducción como la conclusión. Esto es así porque, una vez tengas listo el cuerpo y el desarrollo general del contenido, podrás introducirlo y cerrarlo con mayor acierto.
La introducción, al encontrarse al principio, debe ser atractiva para que despierte el interés del lector. Puedes anticipar el contenido del artículo, utilizar el humor, preguntas retóricas, una curiosidad, una cita… Intenta ser original.
Por su parte, la conclusión debe ser útil, pues su cometido es resumir el contenido y recordar a los usuarios lo más importante. En este sentido, puedes hacer alusión al título o la introducción para recuperar una frase ingeniosa o un concepto esencial que quieras que permanezca en el recuerdo del lector. Volver al principio para cerrar el artículo hace que este sea más completo y parezca un círculo cerrado.
Ahora que ya conoces las ventajas de estructurar artículos y los pasos necesarios para hacerlo, ¡ponte manos a la obra!