El propósito del marketing, en esencia, es llamar la atención a la gente para que conozca un producto, una empresa, una obra cultural, etc. Para ello, muchas veces se requieren estrategias originales que consigan crear un impacto en la sociedad y, así, aumentar la eficacia de la campaña. Bien, pues una de las mejores formas de conseguir esto es a través del street marketing.
Se trata de un conjunto de técnicas ubicadas en la vía pública que generan un impacto visual atractivo y una experiencia con el usuario durante un periodo concreto. Es decir, el street marketing promueve la interacción con los viandantes para que generen un vínculo emocional con la marca y se sientan parte de ella. Esta estrategia es proclive a captar la atención del público y, por ello, a viralizarse en redes sociales, pasando de ser una campaña local a una universal.
Cabe destacar que este concepto se relaciona estrechamente con otras dos estrategias con las que no hay que confundirlo. Una es el marketing de guerrilla, una apuesta por campañas creativas y no convencionales que no necesariamente debe desarrollarse en la calle. De esta forma, el street marketing se podría considerar una vertiente del marketing de guerrilla. La otra es el ambient marketing. En este caso, tampoco es exclusivo de la calle, pero cuando se encuentra en este entorno puede crear confusión. La diferencia es que el street marketing modifica el espacio o añade elementos nuevos, mientras el ambient marketing aprovecha la disposición del entorno para lanzar el mensaje de forma más sutil.
Apostar por esta estrategia acarrea varios beneficios para la marca. Veamos en qué consisten:
La marca de chocolatinas aprovechó su campaña “Tómate un respiro, tómate un KitKat” para colocar un banco en mitad de la calle. Si los viandantes aguantaban un minuto sentados, recibían un paquete de KitKat como regalo. La idea era promover la relajación en una época fugaz donde las prisas guían todas nuestras acciones.
Estos refrescos instalaron duchas (de agua) a disposición de los bañistas en varias playas brasileñas para hacer frente al calor (y a la arena). La estructura tenía forma de expendedor con el nombre de la marca, de forma que satisfacía una necesidad de la gente al mismo tiempo que promocionaba el producto. Su eslogan era: “Refresca tus ideas”.
La compañía especializada en hogar colocó mobiliario en las calles de Manhattan durante cinco días. Entre otros, encontramos sofás portátiles, bebederos para perros o sillas con su correspondiente mesita. Por supuesto, todo el mundo tenía acceso a ellos. Una campaña ambiciosa con un gran alcance. El eslogan decía: “Un buen diseño puede hacer el día a día un poco mejor”.
Aquí encontramos una campaña de street marketing diseñada por una alumna de segundo curso de Diseño Gráfico y Comunicación Visual para esta otra marca de chocolatinas. Bajo el eslogan “No eres tú cuando tienes hambre”, situaron pequeñas cajas que animaban a la gente a “romper el cristal en caso de emergencia”. Como no podía ser de otra manera, en su interior se encontraba una barrita de Snickers.
Esta es una clara estrategia dirigida a impulsar la imagen de marca en vez de promocionar un producto concreto. “La teoría divertida” tenía un objetivo claro: animar a los usuarios a subir y bajar a pie en detrimento de las escaleras mecánicas. Y lo hizo diseñando un mecanismo para que, cada vez que alguien pisara un peldaño, sonara una nota musical.
Este estudio de diseño colocó pequeñas colchonetas en varios postes de luz de Nueva York para eliminar estrés. Lo consideraban “un lugar sano para las frustraciones” donde los viandantes podían golpear esta especie de saco de boxeo sin romper nada. Una estrategia original, sencilla y llamativa.
La compañía tecnológica anunció el lanzamiento del modelo Galaxy Z Flip 4 modificando la estructura de los bancos en paradas de autobús. De esta forma, añadió móviles en tamaño grande con su mismo mecanismo, pues los usuarios podían levantar la tapa y sentarse.
La empresa de alimentación colocó varios “KFC Autos” o coches “rebozados” por calles españolas con el nombre de la marca dibujado con el dedo. La campaña animaba a la gente a encontrarlos y regalarles “dos tiras de pollo con el rebozado de verdad”. Una campaña, tanto de marca como de producto, que llama directamente a la acción.
La plataforma de streaming situó carteles derretidos cerca de paradas de autobuses en San Pablo (Brasil) para promocionar la serie La casa del dragón. De nuevo, una idea original conectada a través del fuego con la obra audiovisual.
Por último, encontramos estos carteles publicitarios de un videojuego nuevo para la PlayStation que podrían parecer convencionales, pero no lo son por un detalle. Genera una imagen en 3D al unir la lona, la figura del futbolista y el balón en diferentes dimensiones.
El street marketing conlleva algunos retos que deben superarse para llevar a cabo la campaña. Por ello, ten en cuenta estas recomendaciones a la hora de diseñar tu estrategia: