¿Qué es el síndrome del impostor y cómo afecta al trabajo?
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¿Alguna vez has sentido que no eres suficiente para un puesto de trabajo? ¿Que no merecías tu puesto? Aunque parezca mentira, la gran mayoría de los trabajadores han pensado lo mismo que tú y esto se conoce como síndrome del impostor. Las personas que padecen este fenómeno psicológico atribuyen sus logros a la suerte y no al resultado de su esfuerzo y dedicación.
Normalmente este fenómeno puede suceder por varios motivos y afecta a cada persona de manera diferente. Por tanto, es importante conocer en qué consiste, sus síntomas para saber cómo identificarlo y ayudar a aquellos que lo padecen. En este artículo te explicaremos todo lo que debes saber, ¡comenzamos!
¿Qué es el síndrome del impostor?
Para combatir este fenómeno psicológico lo primero y más importante es entender en qué consiste. Por ello, se entiende como síndrome del impostor un fenómeno psicológico que afecta a muchas personas en el trabajo, incluso a aquellas que han alcanzado un alto nivel de competencia en sus áreas de trabajo.
Este síndrome se caracteriza por una sensación de inseguridad relacionada principalmente con los logros laborales, lo que lleva a la persona a sentir que no merece ese éxito que ha alcanzado. A pesar de la evidencia tangible de las habilidades y logros del trabajador, quienes padecen este síndrome suelen atribuir su éxito a factores externos, como la suerte o la falta de competencia de los demás, en lugar de reconocer sus propias capacidades y esfuerzos.
Algunos de los síntomas del síndrome del impostor son atribuir los logros a factores externos, sentir mucha inseguridad o desconfianza frente a las tareas laborales, tener miedo a correr riesgos y a ser proactivo, entre otros.
Pese a que muchas personas son conscientes de que lo padecen, otras muchas no son capaces de identificar esos síntomas y causas. Es por esto por lo que es importante estar al tanto para identificarlo a tiempo para prevenir que este síndrome derive en otros como el estrés laboral o burnout.
Cómo saber si padeces del síndrome del impostor
El primer paso para combatir el síndrome del impostor es identificar los principales síntomas, entre los que destacan:
- Achacar a la suerte tus logros y éxitos laborales, en vez de al esfuerzo y sacrificio.
- Sentimiento constante de inseguridad en el trabajo, de pensar que en cualquier momento van a ver que no eres competente y van a prescindir de tus servicios porque no estás a la altura.
- Dudar sobre tus capacidades.
- Temor a no cumplir las expectativas.
- Alta autoexigencia, es decir establecerse estándares muy altos para demostrar la valía.
- Excesivo perfeccionismo para sentir que tu trabajo merece la pena.
- Desmeritar el éxito de uno mismo inconscientemente.
- Baja autoestima y un sentimiento de agotamiento constante causado por la presión.
- Ansiedad y tristeza por la desmotivación al no alcanzar los objetivos propuestos.
Una vez conocidos los principales síntomas debemos saber que el síndrome del impostor puede afectar a las personas en su día a día, a nivel personal, generando un sentimiento de inseguridad, miedo e incluso cierta culpa.
Además, puede afectar al trabajo de las personas, ya que la inseguridad que sienten estas personas puede llevarlas a no ser conscientes de su potencial o del valor de su trabajo, o a sentir que no están a la altura y que no merecen ascensos.
Impacto del síndrome del impostor en el trabajo
Ya hemos mencionado que este síndrome puede afectar tanto a la vida personal como a la profesional. Por ello, si nos centramos en la segunda durante el transcurso del trabajador en su empresa el síndrome del impostor se puede manifestar de diversas maneras, como pueden ser:
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Baja autoestima y confianza
Al no reconocer su valía y achacar todos sus éxitos a la suerte o a factores externos, el trabajador que padece este síndrome comienza a generar una baja autoestima y desconfianza en uno mismo.
La falta de confianza en uno mismo puede afectar la toma de decisiones, la comunicación y la interacción con el resto del equipo y sus líderes o superiores. Además, cuando una persona padece el síndrome del impostor se pasa el día comparando su trabajo con el del resto de los compañeros.
Estas personas al no confiar en su trabajo bajan el rendimiento y la productividad, están bastante pendientes de la labor del resto y no se abren a colaborar con el resto del equipo para no mostrar esa vulnerabilidad.
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Perfeccionismo no saludable
El perfeccionismo constante puede llevar a la procrastinación, lo que suele derivar en un retraso de proyectos y un aumento del estrés laboral. El trabajador que padece este síndrome del impostor nunca se va a sentir satisfecho con el trabajo realizado, siempre va a considerar que es mediocre o que no se acerca a los objetivos marcados por la empresa o, en algunas ocasiones, por sí mismo.
Pese a que el resto del equipo valore ese desempeño y el resultado, el trabajador seguirá sintiéndose decepcionado lo que deriva en un estrés y desesperación que van hundiendo poco a poco su desempeño profesional.
Es evidente que una persona que vive constantemente desvalorizando sus méritos y plantea objetivos bastante difíciles de alcanzar viva desmotivado, ya que nunca pondrá en valor sus habilidades y competencias, aquellas que le han hecho llegar a donde está.
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Falta de reconocimiento de logros
Como se ha mencionado en anteriores puntos, a pesar de tener éxitos notables, quienes padecen este síndrome tienden a minimizar o no reconocer sus propios logros. Esto puede llevar a la falta de reconocimiento y recompensa por su trabajo, lo que deriva en una baja motivación y autoestima.
Al no saber reconocer su éxito, tampoco son capaces de expresar nuevas ideas para los futuros proyectos de la empresa ya que piensan que sus propuestas no son válidas. Por ello, es importante que la empresa escuche a todos los miembros y reconozca los logros.
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Evitación de desafíos
Las personas con síndrome del impostor pueden evitar asumir desafíos o responsabilidades adicionales por temor a no estar a la altura de las expectativas, lo que puede limitar su crecimiento profesional. El miedo al fracaso los estanca y puede afectar muy negativamente a su futuro profesional.
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Estrés y ansiedad
La ansiedad constante por ser descubiertos como impostores puede causar niveles significativos de estrés en el trabajo y afectar la salud mental. Una persona que padece este síndrome será mucho más cerrada ya que consideran que si interactúan con los compañeros van a ver que no son válidos para ese puesto, además de que tergiversan las opiniones positivas transformándose en negativas.
Padezco el síndrome del impostor pero ¿cómo lo supero?
Superar el síndrome del impostor requiere tiempo y esfuerzo, pero es posible. Algunas estrategias incluyen:
- Hablar sobre tus sentimientos con un terapeuta o con el equipo médico que proporcione tu empresa.
- Reevaluar tus logros y habilidades de manera objetiva.
- Establecer metas realistas y aceptar que nadie es perfecto.
- Practicar la autorreflexión y el autocuidado.
- Compartir tus experiencias con amigos y compañeros de confianza.
En definitiva, el síndrome del impostor es un desafío común en el mundo laboral que puede socavar la autoestima y la confianza en uno mismo, dificultando el éxito profesional. Reconocer el síndrome y buscar apoyo son pasos importantes para superarlo y avanzar en la carrera con mayor confianza y satisfacción.
Por tanto, para combatir el síndrome del impostor, es importante aceptar que los logros son el resultado del esfuerzo propio, agradecer los cumplidos sin explicaciones, y no sacrificar el bienestar personal para realizar más trabajo. Además, es fundamental reconocer los logros de todas las personas en la empresa, crear grupos de trabajo basados en la confianza, y conocer la situación de los empleados que padecen el síndrome del impostor a través de encuestas.
Estas encuestas se pueden elaborar a través de los softwares de gestión que implementa tu negocio y el departamento de recursos humanos. Además, comenzar con un buen plan de onboarding de empleados en tu empresa, para hacer que los nuevos talentos se sientan cómodos y no desarrollen el síndrome del impostor es un buen paso para la prevención.
Además, asegurarse de premiar los logros a través de estrategias como el salario emocional, mantener un buen sistema de comunicación interna en tiempo real o asegurarse de fomentar la formación de todos los miembros para que estén al día de todas las novedades y no se sientan desactualizados también son grandes claves para el éxito.
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