OKR son las siglas de Objectives and Keys Results, cuya traducción al castellano es Objetivos y Claves de Resultados. OKR es una metodología cuyo fin es definir los objetivos de una compañía con el objetivo de establecer metas claras que se puedan medir.
Esta metodología fue obra de Andrew Grove, trabajador de una de las empresas tecnológicas más punteras del momento, bajo la premisa de que había mucha gente trabajando para conseguir muy poco. Si bien desde los años 50 las empresas ya habían puesto el foco en optimizar el rendimiento de sus empleados para conseguir sus objetivos, no fue hasta los 90 cuando, gracias a los OKR, esta idea comenzó a materializarse e institucionalizarse.
La base de la metodología OKR es la comunicación entre los equipos. Según este modelo, la clave para lograr los objetivos está en comunicarlos con todo el equipo, no solo con quienes los diseñan o quienes más capital han invertido. Consiste en que todos los empleados sean conscientes de cuál es el fin del trabajo que realizan para así poder poner el foco en él. Los resultados, efectivamente, demuestran que un equipo logra en mayor medida sus objetivos cuando los conoce.
Por lo tanto, los tres elementos principales de los OKR son:
La triangulación de estos tres elementos conforma la metodología OKR que se diferencia, además, de otras metodologías de consecución de objetivos en cuanto a su estructura. Usualmente, los objetivos se centran en quienes los proponen y quienes obtienen ganancia del resultado, centrándose en la cúspide de cualquier empresa. Esta estructura vertical y jerárquica no tiene nada que ver con la visión horizontal de los OKR. Compartir el fin, la información, con los empleados ha resultado ser una buena forma de implicación en el proceso y, de alguna manera, aunque a un trabajador raso no le vaya a afectar de manera directa una subida o bajada en el número de ventas tanto como a un inversor, ser conocedor de que la empresa tiene un objetivo concreto motiva y centra al trabajador para cumplirlo.
Para poder evaluar, por supuesto, los OKR deben ser medibles. Usualmente se relaciona un objetivo con un resultado y una medida, lo que centraliza el proceso y permite la especialización en cada objetivo.
Como decíamos, los OKR generan múltiples beneficios para la empresa. Entre ellos: