Cada vez más, hay que reinventarse en las estrategias de marketing, pensando cada vez más en el público y en cómo llegar a ellos, y una de las mejores estrategias que puedes seguir para esto es el marketing emocional, mediante el cual puedes llegar a tu público objetivo de forma más personal.
Podemos definir el marketing emocional como el conjunto de estrategias que tratan de impactar directamente en las emociones, lo que busca es establecer un vínculo emocional con sus usuarios o clientes, todo basado en la comunicación 360, en conclusión, el marketing emocional busca que la persona se identifique con los valores más humanos de la marca.
Para poder entender el marketing emocional, hay que entender las emociones, estas mueven a la sociedad y humanizan a nuestros usuarios. Darwin en 1872, ya empezó a estudiar las emociones, escribió La expresión de las emociones en el hombre y en los animales, en la que explicaba las expresiones y gesticulaciones que han ido influyendo dentro de la evolución de las especies.
En 1972, Paul Ekman fue el pionero en la expresividad facial, destacando seis emociones básicas.
Tras esto, se formaron otros múltiples estudios en los que se ampliaron el número de emociones, pero la universidad de Glasgow estableció cuatro emociones básicas según las expresiones faciales:
Volviendo al marketing emocional, lo que logra a partir de esta serie de emociones es un vínculo con los usuarios, clientes o consumidores para que estos sientan que son parte de la marca, que la sientan como una parte de ellos. Esta estrategia es muy efectiva ya que los seres humanos somos seres más emocionales que racionales, esto es debido a las experiencias que hemos vivido y los momentos que recordamos. Por lo que si conseguimos cubrir esas necesidades afectivas de nuestro público, este creará un vínculo afectivo con nosotros. Pero aún así, crear una estrategia de marketing emocional no es trabajo sencillo, y esto es debido a que los consumidores son cada vez más exigentes, el trabajo de las marcas se complica, sobre todo porque en épocas de inmediatez, cualquier usuario puede hacerse con un recurso que le cubra esa necesidad que tiene, por lo que no todo vale en el marketing emocional, hay que ser muy exigente en el contenido.
Si no existe un vínculo entre ambos, no existe el marketing emocional. Antes dijimos que los consumidores viven experiencias, pero no son los únicos, también las marcas lo hacen con ellos y a través de ellos, por lo que consiguen sacarle mucho provecho a ese feedback que el consumidor indirectamente les ofrece.
Gracias a la bidireccionalidad existente, el nivel de comunicación entre el cliente y la marca es muy bueno, hay que recordar siempre que los clientes quieren ser escuchados, sobre todo a la hora de opinar sobre los productos y servicios de la marca. El cliente no solo está satisfecho con el producto por que le cubra una necesidad, está satisfecho con las emociones y sensaciones que ese mismo producto le produce.
Con estos ejemplos, tendrás más claro cómo realizar tu estrategia de marketing emocional, y estarás más motivado a la hora de crear las tuyas propias.
Una campaña de marketing emocional puede dar sus frutos de manera muy positiva, pero requiere un esfuerzo, una inversión de tiempo, y una buena estrategia de contenidos. Y tú, ¿te animas con una campaña de marketing emocional?