Estamos convencidos de que tú también has escuchado hablar de ellas en algún momento. Para explicarte qué son, primero, te vamos a poner un ejemplo muy sencillo. Imagina que quieres desarrollar una aplicación como Cabify para hacer seguimiento de dónde está el vehículo y cuánto tiempo tardará en llegar para recogerte.
En definitiva, quieres desarrollar una plataforma tecnológica de transporte donde poner en contacto a usuarios y empresas. Por tanto, vas a necesitar geolocalización, pero ¿cómo serán tus mapas? ¿Los construirás desde cero? ¿O los conectarás a Google Maps para usar los suyos?
Imagina el coste que te supondría crear tus propios mapas, lo ideal es conectarse a Google Maps y utilizar su desarrollo en tu aplicación. Eso es una API (Application Programming Interface). Pero…
¡Profundicemos un poco más en este concepto!
Partiendo del ejemplo anterior, una API no es más que aprovechar el desarrollo que han hecho otras empresas para tu aplicación. Son definiciones y protocolos utilizados para desarrollar e integrar el software de las aplicaciones y permite que tu App pueda conectarse con otras sin necesidad de saber cómo están implementados. Por tanto, le brinda muchísimo más poder que si fuera una sola aplicación aislada.
Gracias a la presencia de APIs, las empresas simplifican muchísimo el desarrollo de sus aplicaciones, con mayor flexibilidad y oportunidades de innovación. Este medio conecta su propia infraestructura a través del desarrollo de aplicaciones nativas de la nube, pero, a su vez, permiten compartir sus datos con clientes y otros usuarios externos. Podrás utilizar las funciones y procedimientos de la API en tu software, dándole un uso general.
Otros conceptos relacionados con las APIs son: la interfaz (capa de abstracción para que dos sistemas se comuniquen) o arquitectura de software (manera en que se organiza un sistema), entre otros.
¿Dudas? Llámanos.
El término API ha ido evolucionando a causa de la revolución que viven los servicios web, de manera que encontramos nuevos conceptos, como API REST, entre otros.
Cualquier desarrollador profesional puede identificar de inmediato las ventajas de trabajar con una API:
Puedes desarrollar tu aplicación en cualquier lenguaje o tecnología con la que optimices los tiempos, o incluso que mejor encaje con las necesidades. En cualquier caso, no habría ningún problema si en un futuro cambiases las herramientas con las que has implementado la API. Recuerda, aporta independencia. Con que respetes sus operaciones será más que suficiente.
Pueden ser los equipos informáticos y no las personas quienes realicen las tareas del trabajo. Y eso puede lograrse con APIs que actualizan flujos de trabajo para hacer las tareas en menos tiempo. ¿El resultado? Más productividad.
Por lo general, su rendimiento es mayor que un desarrollo tradicional que no se basa en una API. Ahorras tiempo en los procesos y no necesitas estar cargando la página. El usuario agradecerá la rapidez con que funciona.
Puedes crear una capa de aplicación perfectamente con una API, así como usarla después para la distribución de servicios e información al público, personalizarlos, etc. Crearás experiencias de usuario mucho más personalizadas.
Podrás hacer cualquier cambio en el servidor o base de datos sin producir errores, lo que te permitirá crecer. Además, puedes enviar las páginas del front desde servidores y que la API se aloje en otros independientes. ¡Lograrás una aplicación mucho más flexible!
Una API te ayudará a anticiparte a los cambios, ya que soporta mejor la migración de datos y ofrece una mejor revisión de los mismos. Además, también pueden personalizar los contenidos y servicios utilizados.
Permiten que el contenido pueda integrarse desde cualquier sito o aplicación de manera mucho más sencilla, garantizando la entrega fluida y una mejor experiencia del usuario.
En resumen, tu empresa notará las ventajas de la API en el incremento de los procesos de transformación, en la mayor organización de los sistemas internos con el fin de apoyar nuevos proyectos de manera uniforme, nuevas oportunidades para atraer clientes, y reducir los costes de mantenimiento.
Y mejor aún, cualquier tipo de empresa puede utilizar este tipo de aplicaciones y mejorar la experiencia de los usuarios.
En primer lugar, no solo facilitan el trabajo de los desarrolladores, sino también la vida de la aplicación a lo largo del tiempo. Quizá, cuando se habla de las aplicaciones, no se hace tanto desde el punto de vista del desarrollo, pero es importante comprender por qué son tan beneficiosas las APIs. No solo permiten una mayor coordinación con los stakeholders, sino que influyen directamente sobre la experiencia del usuario con la marca.
¡Construye la tuya y experimenta todos sus beneficios!