Es conocida como el grado de facilidad con que se usa una página web por parte de los usuarios que interactúan con ella. Un sitio web con buena usabilidad es el que nos brinda una experiencia intuitiva, sencilla, agradable y segura. Diseño no es solo cómo se ve o se siente una página web , también es cómo funciona. Para ello, necesitamos conocer la usabilidad.
¡Empezamos!
Este neologismo nace en el contexto de las nuevas tecnologías y proviene del término inglés ‘usability’, lo que significa ‘facilidad de uso’. Es una cualidad de una interfaz o de un objeto. Sin embargo, un diseño no es usable por sí mismo, sino que son sus características en conjunto con el contexto del usuario quienes van a determinar el grado de usabilidad.
Imagina por un momento que estás tratando de acceder a la home de una página web determinada sobre gastronomía, pero en su lugar aparece una promoción de otra marca. Quizá, sea un error por parte del desarrollador, pero influye en la experiencia del usuario, por lo que también puede considerarse un error de usabilidad web.
Si tu página web no cumple con todos estos componentes, entonces, lo más seguro es que el usuario se vaya para no volver. Para ello, es muy importante conocer los objetivos del usuario, solo así sabremos responder con éxito a la utilidad.
¿Crees que tu diseño es poco usable? ¿Está fallando algo en la experiencia de los usuarios? Si algo no es fácil de usar, no se va a recordar, ni se va a hablar de ello. Para comprobar y mejorar el nivel de usabilidad, vamos a poner en práctica los llamados ‘ tests de usabilidad ’. Es decir, comprobar cómo los visitantes navegan en tu sitio web con el fin de facilitar su experiencia y dejarla cada vez más intuitiva.
Para ello, puedes seleccionar un grupo de usuarios a los que asignarás tareas específicas dentro del sitio web y sacar conclusiones. Estas tareas no consisten en pedir a distintas personas navegar en tu página haciendo clic de forma aleatoria, sino que debes asignar tareas concretas sobre algunos aspectos que quieras poner a prueba. Por ejemplo: completar un formulario o encontrar el blog dentro de la página.
Cuando finalices las pruebas, tus resultados te ayudarán a conocer la capacidad con la que el usuario puede desarrollar las tareas que se le asignan la primera vez que visita la página, la eficiencia de la experiencia en ella, si es capaz de recordar cómo funciona la web después de su primera interacción, el número de errores y su gravedad, el grado de satisfacción, etc.
De esta manera, podemos concluir que los tests de usabilidad son perfectos, no solo a la hora de crear nuestra página web, sino también para su mantenimiento y mejora constantes.
“Un mal diseño puede costar a un sitio web el 40% del tráfico repetido. Un buen diseño puede hacer que vuelvan. Algunas pruebas pueden marcar la diferencia” – Kalin.
Las evaluaciones heurísticas fueron desarrolladas por Nielsen y Molich en 1990 con el objetivo de inspeccionar la usabilidad sin usuarios. Consiste en hacer un examen de la calidad del uso de una web por parte de expertos, a partir de una serie de principios (visibilidad del estado del sistema, empate entre el sistema y el mundo real, control y libertad del usuario, consistencia y estándares, y prevención de errores).
Cada uno de estos principios incluye buenas y malas prácticas. Por ejemplo: en el caso del control y la libertad del usuario, una buena práctica podría ser el permiso de deshacer una acción en vez de preguntar con avisos que puedan molestar al usuario. Si pensamos en Drive, cuando eliminamos un documento nos da la opción de deshacer este paso.
No obstante, a pesar del éxito de estos principios heurísticos por parte de un evaluador experto, es importante no perder de vista el contexto y la experiencia de los usuarios en la página web.
¿Quieres conocer más consejos sobre la usabilidad de tu página?