Si no te conocen, no existes. En la era digital, esta frase define perfectamente el comportamiento de los potenciales clientes en la selección de su futuro proveedor. Según un estudio de Hubspot, el 77% de los potenciales compradores investiga una marca antes de entrar en contacto con una nueva empresa. Y por lo tanto, los proveedores de servicios buscan una mayor visibilidad con un posicionamiento natural en Google y otros buscadores.
Cuando entras en un navegador y realizas una búsqueda, los primeros resultados suelen se marcas conocidas. Dejando de lado el posicionamiento pagado SEM, conseguir estar en esos primeros puestos no es nada fácil, pero sí muy determinante. No solo es el hecho de que tu empresa sea vista por delante de la competencia, es que rara vez un potencial cliente busca más allá de la primera página del buscador.
Las reglas de posicionamiento web las dictan los buscadores, y no son fáciles de descifrar. Además, la situación tiene en Google un claro dominador, con una cuota de mercado de un 92%. En una posición tan predominante, la adaptación al “estilo Google” es la única forma de supervivencia digital.
A la hora de posicionar tu página web, la situación depende de todo menos del azar. Google se lo deja todo a su araña rastreadora. El famoso robot del buscador más usado no se trata más que de un algoritmo que indexa las páginas y las organiza en un índice para poder localizarlas. Una vez que pones a disposición del público tu sitio web, la visita de la araña la califica y posiciona en el mundo virtual.
Para lograr un orden adecuado al esfuerzo realizado, Google y otros buscadores premian las acciones que benefician la usabilidad y la experiencia de usuario, los contenidos novedosos y las estructuras bien organizadas. Los tiempos de carga del website y el feedback de los usuarios también cuentan positivamente a la hora de ser calificados. Por el contrario, las páginas mal organizadas, con problemas para reproducir contenido o que copian otros dominios acaban penalizados y situados en posiciones inferiores, al igual que las que usan métodos tramposos de posicionamiento.
Las reglas de posicionamiento son muy amplias y no del todo conocidas. Los algoritmos de los robots araña buscadores no son públicos, para evitar manipulaciones, pero los preceptos básicos si son vox populi. El uso correcto de las palabras clave o keywords o el tráfico de referidos desde otras webs son otros de los uso de las técnicas de SEO para posicionar naturalmente tu dominio.
La necesidad de conseguir puestos más altos cuando se realiza una búsqueda hace que los creadores de los sitios web utilicen técnicas o herramientas para posicionarse en las primeras páginas de los buscadores. Al final todo se reduce a los dos métodos más o menos estandarizados, SEO y SEM.
Las ventajas de posición mediante técnicas SEO son la durabilidad y la menor inversión. Al desarrollar una estructura para tu sitio web en el que los rastreadores reconozcan una buena organización y funcionalidad del dominio, consigues un retorno de inversión (en este caso la inversión es el tiempo y el esfuerzo realizado) que es más fácil de mantener. Las técnicas SEM dependen de una inversión constante para mejoras de posicionamiento, mientras que los efectos del SEO son más duraderos. Para lograr unos buenos resultados en los buscadores sin inversión se pueden realizar algunas técnicas que son efectivas:
En cuanto al modo de conseguir un posicionamiento natural en Google, siempre se tiene que distinguir entre dos formas de actuación:
Conseguir un buen resultado con técnicas SEO no es fácil ni rápido. Un cuidado y conocimiento del entorno online adecuado es necesario para poder posicionar correctamente tu domino y obtener mejoras en visitas, branding o ventas. Las técnicas de Inbound marketing realizadas por agencias como Occam conseguirán logros que tendrán un retorno de inversión palpable.
La inversión en una agencia para realizar unas técnicas de posicionamiento natural en Google puede resultar contradictorio. El hecho de contratar un servicio parece asociado más al SEM que al SEO, pero la realidad es que las ventajas del posicionamiento natural en Google y la menor inversión que suelen requerir suelen hacer más que rentable dejar en manos de profesionales el cuidado de la marca de tu empresa, que acaba siendo la cara visible en el trato con el posible cliente.