El marketing automatizado, también llamado marketing automation, es una forma actualizada de realizar algunas de las tareas de marketing en las que parte de ellas se llevan a cabo de manera autónoma, sin la intervención del ser humano. Para ello, se debe utilizar un software digital como plataforma base donde volcar los datos, tareas, publicaciones y similares para que sea él mismo quien gestione, ordene, publique y analice.
Es, por lo tanto, la incorporación de un nuevo operario digital al equipo de marketing que trabaja de manera independiente y aligera la carga de trabajo de manera exponencial. Es un ejemplo de cómo la transición tecnológica se ha implementado en las diferentes profesiones, donde el marketing y la publicidad no son las únicas.
Los dos términos que mejor resumen el marketing automatizado son independencia y rapidez. Ambos son fundamentales para lograr el resultado final, aquel por el que el marketing automatizado ha tenido un gran éxito: la reducción de costes. Una acción automatizada de marketing que sea rápida pero que requiere de personal que la lleve a cabo o la revise no es rentable. Y viceversa, una acción realizada de manera independiente por el software pero que tarda en finalizar tanto como si lo hiciera una persona, o incluso más, no es de provecho para la empresa.
Por lo tanto, la reducción de costes que se consigue a través de la automatización solo afecta a una parte del trabajo, no a todas las funciones. Estas tareas, de las que se encarga el software son, las más mecánicas, minuciosas y manuales; aquellas que, realizadas por un ser humano, pueden llevar más tiempo o conducir a errores. Ejemplo de ello son:
Sin embargo, la incorporación de estos sistemas también genera nuevas actividades que antes no existían y que son beneficiosas para las estrategias de marketing. Por ejemplo, los blogs, redes sociales, land pages y pilar pages. Son el traslado de la empresa a la esfera digital, con sus correspondientes beneficios, como el incremento del área de influencia, ampliación del target, individualización de la comunicación, abaratamiento de la publicidad…
En primer lugar, deberíamos repasar qué es lo que se entiende por coste. No es solo el gasto fijo o variable en términos monetarios, sino también el tiempo, el coste de oportunidad, o costes administrativos.
Como decíamos, la principal ventaja del marketing automatizado es liberar a trabajadores que anteriormente hacían un trabajo manual y dedicarlos a otras funciones al mismo tiempo que esas tareas, que se reduce el margen de error. Tareas que anteriormente podían sufrir errores, ahora están automatizadas y obtienen siempre el resultado exacto.
Por lo tanto, mejoran los tiempos, se consiguen más trabajadores más realizar otras funciones y aumenta la rapidez y la exactitud con la que se realiza el trabajo, incluso se abren puertas a nuevas herramientas beneficiosas para el marketing. Todo esto se traduce en un incremento de la productividad y la eficiencia.
No obstante, los software a los que se hace referencia son de pago, y suponen un gasto añadido que, sin embargo, no supera los nuevos ingresos y el incremento de la productividad ya citados. Además, debido a la automatización se reduce el coste por adquisición por cliente.
Sin embargo, la automatización de las tareas no sirve de nada sin el ingenio y el trabajo humano. Lo que se agiliza es el trabajo mecánico, pero las ideas y las estrategias que diseñan los trabajadores son insustituibles e irremplazables. Se puede automatizar una tarea, pero no diseñarla automáticamente, se puede segmentar los clientes pero el software no decide qué hacer con cada grupo. Gracias al marketing automatizado la empresa, del mismo modo, se obtienen mejores resultados pero no se define qué hacer con ellos.