Si tienes una marca personal o estás pensando en comenzar este camino, Instagram es, a día de hoy, uno de los mejores lugares para ello. Esta red social ya cuenta con miles de millones de usuarios, por lo que puede ser la plataforma idónea para crecer con un nuevo negocio: el tuyo propio.
La novedad que presenta instagram, desde este punto de vista, respecto a otras redes sociales anteriores como Tuenti, Twitter o Snapchat es la personalización de la publicidad. Si bien ya conocíamos que las redes sociales eran una buena herramienta de promoción para las empresas, en Instagram ha surgido la marca personal, ser tú, como persona, tu propia empresa: Los influencers.
Ahora estas figuras son increíblemente conocidas, y no necesitan presentación. Quizá lo que haga falta sea descubrir cómo se organizan para lograr los resultados que obtienen.
Si hay algo que diferencia a un influencer de un catálogo es la confianza que inspiran uno y otro. El poder de los influencers radica en la cercanía y comodidad que inspiran en sus seguidores. Abre las puertas de tu vida (tanto como te sientas cómodo) para normalizarte y que la gente que te siga pueda empatizar contigo. El boca a boca siempre es, ha sido y será la forma más eficaz de publicidad. Si un amigo te recomienda un grupo de música o una marca de ropa confías en su criterio y le echas un vistazo. Hay que conseguir ser ese amigo a través de la pantalla y para ello es fundamental que muestres algo de ti.
Es fundamental para fomentar la confianza. Una persona que publicite cualquier cosa al azar no genera fiabilidad. Aunque la mayoría de las influencers se dedican al mundo de la moda, ser influencer no tiene por qué implicar hacer publicidad de ropa o accesorios. Se trata de que tú, como persona, seas el eje de publicidad, que las marcas que trabajan contigo vayan a ti para que le otorgues tú el valor a su producto.
Desde esta base, puedes ser influencer de comida, de viajes, de música, de deporte… De casi cualquier cosa. Incluso se ve cada vez más el concepto de activista en instagram. Una especie de influencer social. Lo más importante, de cara a fidelizar a tus seguidores y a garantizar tu éxito, es que sea algo que te apasione verdaderamente, que conozcas a la perfección y que sea parte de tu día a día.
No a todas las generaciones les gusta lo mismo y, más allá, no todas las personas a las que le gusta algo son una masa unificada. Debes elegir a qué franja de edad y qué tipo de consumidor quieres atrapar. Es decir, crea tu buyer persona, un perfil semificticio basado en datos reales que te pueda crear una idea genérica de quiénes estarían interesados en tu contenido y créalo pensado en ellos.
Instagram es un mundo veloz, las tendencias lo son hoy y no lo serán en dos días. Es importante que ofrezcas el contenido que en ese momento es popular (audios, vídeos, formatos, hashtags…) y lo compartas en el momento adecuado. Es buena idea seguir algunos hashtags como #viral para saber qué es lo que más se lleva. Únete a los reels, los vídeos de IG TV y todo lo que pueda ir surgiendo.
Nada de improvisación. Aunque hayamos visto cómo este proceso surgía de manera espontánea, eso se terminó. Actualmente ser influencer es una profesión reconocida y no surge de manera natural. Algunas influencers como Dulceida, una de las primeras en España, han contado en repetidas ocasiones cómo el trabajo se fue forjando poco a poco sin ellas mismas ser conscientes de lo que estaban creando.
Actualmente ya se conocen los algoritmos de instagram, los gustos del público, las mecánicas de consumo, las mejores horas para publicar, el contenido que mejor funciona… Se ha estudiado a fondo este mercado que, no obstante, sigue evolucionando. Esto supone que actualmente ya existe una “estrategia” que te puede llevar a ser influencer más allá de la suerte de que se fijen en ti.
Por supuesto, crea una cuenta como perfil público y de empresa para poder analizar qué es lo que mejor te funciona y cómo puedes obtener mejores resultados: los insights serán tus mejores amigos.
Ninguna empresa individual es fácil. Para llegar a un número de seguidores con el que puedas conseguir suficientes ingresos hace falta dedicarle tiempo y esfuerzo. Si antes “todo valía” ahora, que ser influencer se reconoce como trabajo, se le exige una calidad. Solo hace falta deslizar hacia abajo en los perfiles de los influencers con más experiencia y ver cómo han mejorado la calidad de sus vídeos, sus fotos y el modo en el que hacen publicidad.
El tema de los horarios es relativamente nuevo, pero muy eficiente. Elige a qué hora está más activo tu público o qué días de la semana es más útil publicar una foto. Se trata de captar la atención de una persona en un mar lleno de otras personas tratando de captarla. Las mejores horas, según las estadísticas, suelen ser después de comer y después de cenar. Evita horas como la primera de la mañana, el mediodía o la media tarde, pues suele ser cuando todo el mundo está más ocupado.
Antes veíamos cómo los influencers exponían su contenido de manera mucho más espontánea, pero, desde hace un tiempo, ya podemos intuir cómo su contenido está organizado en un calendario. Ellos mismos, de hecho, lo comunican para que estemos pendientes de ello. De ahí el tipico “este domingo publico una foto muy especial” o los recordatorios.
Como decíamos, Instagram es un mercado organizado y cualquier acción está pactada mediante contratos. Hay muchos influencers, o personas tratando de serlo, y necesitas que se fijen en ti. Contacta con las marcas, enséñales tu perfil cuidado y orientado ya por tu cuenta hacia lo que ellos quieren. No esperes a que nadie te llame. Empieza con marcas más pequeñas y menos conocidas, e irás viendo como poco a poco van creciendo tus seguidores.
Otra buena idea puede ser colaborar con otras personas que estén en la msima fase que tú: mencionaros mutuamente en los perfiles, recomendaros o haced cosas juntos. La simbiosis siempre suma pues Instagram no es excluyente. Si bien es cierto que es interesante diferenciarte y ofrecer algo que otros no estén mostrando ya.