En el entorno empresarial uno de los primeros pasos es elegir qué tipo de metodología se va a emplear en el proyecto, haciendo las respectivas pruebas para comprobar si la elección es correcta o hay que emplear otro tipo.
De este modo, dentro de la gestión de proyectos, siempre hay que dejar un apartado donde se puedan describir los posibles riesgos que puede tener la empresa, realizando análisis y ensayos de acierto y error. Sin embargo, en muchas ocasiones la sociedad empresarial estigmatiza el empleo de las metodologías ágiles como “aquellas que no tienen planificación y mucho menos tienen en cuenta la gestión de riesgos”.
Por ello, en este artículo vamos a conocer qué son las metodologías ágiles, cómo funcionan y los motivos que evidencian la importancia de la gestión de riesgos en este tipo de metodologías. ¡Comenzamos!
En artículos anteriores se mencionaron cuáles son las mejores metodologías de gestión de proyectos o, al menos, las más populares o recomendadas. Aquí nos centraremos en las metodologías ágiles que en ocasiones se fusionan con otros tipos.
Para comenzar con el post vamos a hablar de las metodologías de gestión de proyectos que son enfoques sistemáticos y estructurados que guían a los equipos a través de las diferentes fases del ciclo de vida de un proyecto. Estas metodologías proporcionan un marco de trabajo para planificar, ejecutar, monitorear y cerrar proyectos de manera efectiva.
Al emplear este tipo de metodologías, la gestión, planificación y consecución de objetivos se hace de manera mucho más efectiva, cuyo principal propósito es finalizar el proyecto con:
Además, el hecho de aplicar metodologías de gestión de proyectos brinda muchos beneficios tanto al proyecto como a la propia empresa, en términos de mejora de la planificación y programación de recursos para generar la mayor productividad en un tiempo efectivo.
Las metodologías de gestión de proyectos ofrecen muchas ventajas, aquí te mostramos las más destacadas.
Los proyectos ágiles y por qué es importante poner en foco la gestión de riesgos
La metodología ágil es un enfoque de gestión de proyectos que se centra en la entrega rápida y continua de productos o servicios de alta calidad, adaptándose a los cambios en los requisitos y fomentando la colaboración y la comunicación constante entre los miembros del equipo.
Esta metodología es considerada una de las más populares y según los estudios es la que mayor ratio de éxito tiene en los equipos de trabajo. Además, se basa en:
Esta metodología es considerada de las más universales ya que normalmente puede ser combinable con otras como Scrum o Kanban. Si se aplica y planifica de manera adecuada los proyectos que nacen de ella suelen ser de una calidad óptima.
De este modo, con el empleo de la metodología ágil conseguiremos estandarizar el flujo del trabajo, mejorar la comunicación interna, optimizar el uso de los recursos disponibles y tomar decisiones basadas en la información centralizada de manera eficiente y efectiva.
La gestión de riesgos es un componente crucial en cualquier proyecto, y su importancia se magnifica en el contexto de proyectos ágiles.
Algunos expertos categorizan la gestión de riesgos como un arte, una cultura que invierte en la capacitación de las personas en pro de enfrentarse a los riesgos siendo conscientes de su análisis y la magnitud del problema. Siempre teniendo en consideración todos los valores y cultura inherentes a la empresa.
Los proyectos ágiles se caracterizan por su enfoque iterativo e incremental, lo que los hace altamente adaptables a cambios constantes. Aunque esta flexibilidad es una fortaleza, también introduce nuevos desafíos, y es aquí donde la gestión de riesgos juega un papel fundamental. De este modo debemos tener en cuenta:
Los proyectos ágiles se desenvuelven en un entorno volátil y cambiante. Las prioridades del cliente, los requisitos y las condiciones del mercado pueden evolucionar rápidamente. La gestión de riesgos en proyectos ágiles se convierte en un escudo contra la incertidumbre, permitiendo a los equipos anticipar posibles obstáculos y prepararse para ajustes continuos.
La gestión de riesgos en proyectos ágiles implica la identificación temprana de amenazas potenciales y oportunidades para el éxito. Al reconocer los riesgos desde el principio, los equipos pueden desarrollar estrategias para mitigarlos o capitalizarlos, optimizando así el rendimiento del proyecto.
La gestión de riesgos proporciona información valiosa para la toma de decisiones informadas. Al evaluar y priorizar los riesgos, los equipos pueden asignar recursos de manera eficiente, anticipar posibles desafíos y garantizar que las decisiones tomadas estén alineadas con los objetivos del proyecto.
La gestión de riesgos fomenta la adaptabilidad en proyectos ágiles. Al identificar y abordar proactivamente los riesgos, los equipos pueden ajustar sus estrategias y planes de acción de manera continua. Esto no solo mejora la resiliencia del proyecto frente a adversidades, sino que también facilita la rápida adaptación a cambios en los requisitos o en el entorno empresarial.
Si empleamos en nuestro proyecto una metodología ágil aportamos transparencia, de este modo ofrecemos una visión más realista del estado del proyecto al equipo lo que favorece la comunicación, el compañerismo y la armonía del equipo.
La gestión de riesgos promueve la transparencia y la comunicación efectiva dentro del equipo y con las partes interesadas. Al mantener a todos informados sobre los riesgos identificados y las estrategias de mitigación, se construye una base sólida para la colaboración y la resolución conjunta de problemas.
En proyectos ágiles, la entrega continua de valor al cliente es esencial. La gestión de riesgos contribuye a salvaguardar este valor al anticipar posibles impedimentos y garantizar que las iteraciones del proyecto mantengan su enfoque en los objetivos del cliente, incluso en condiciones cambiantes.
En conclusión, la gestión de riesgos desempeña un papel fundamental en el éxito de proyectos ágiles al proporcionar un marco para anticipar, evaluar y responder proactivamente a los desafíos y oportunidades que puedan surgir. Al integrar la gestión de riesgos en la metodología ágil, los equipos pueden enfrentar la incertidumbre con confianza y mantenerse en el camino hacia el logro de los objetivos del proyecto.
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