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El salto de lo analógico a lo digital ha sido una de las transiciones más revolucionarias de los medios de comunicación. No solo la radio, también la prensa escrita, han dado este paso que ha cambiado el formato de producción y distribución, pero también algunos aspectos relativos a cómo se conciben los medios.
En lo que a la radio se refiere, es un medio de comunicación con mucha competencia interna, debido al gran número de emisoras. Su transición digital, por lo tanto, suponía una forma de diferenciación y la posibilidad de atraer nuevos segmentos de audiencia. Ahora bien, al igual que la prensa escrita podía visualizar rápidamente cómo adaptar su medio a la era digital, el caso de la radio ha sido un poco más complejo.
El medio radiofónico funciona a través de ondas portadoras de señales electromagnéticas. Esas ondas son emitidas por un circuito eléctrico y captadas por un receptor, una antena, aislado en otro lugar que decodifica esas ondas para convertirlas en sonido. El sonido, por tanto, puede ser generado y escuchado en partes diferentes pero manteniendo una cierta cercanía. Por lo menos, así era antes.
La digitalización de la radio ha roto la barrera espacial que determinaba este formato. Cada medio dispone, en principio, de una frecuencia dentro del espectro, un lugar propio desde el que crea esas ondas que después serán decodificadas. Para acceder a ese contenido, el receptor debe captar esa misma frecuencia de ondas. Las frecuencias, nominadas con números como 93.5 o 103.9, varían en función del lugar donde se encuentren emisores y receptores, pero han sido los elementos más importantes del formato radiofónico y que, a la vez, han supuesto un reto para su transición digital.
La digitalización de su producción y distribución está caracterizada, como decíamos, por el reto de trasladar el formato de ondas electromagnéticas al espacio digital. Este proceso comenzó con gran incertidumbre, como cualquier transición de este calibre. Entre las primeras dudas que asaltaban a quienes trabajaban y escuchaban este medio, la convivencia de ambos formatos se presentaba como una de las mayores preocupaciones. ¿Serán capaces de convivir la radio analógica con la nueva versión digital o terminará por desbancarla? No son cuestiones que no hayan surgido también con otros medios de comunicación o transiciones de este tipo. Por ejemplo, con la gran pantalla y la pequeña pantalla, el cine y el teatro, los libros electrónicos y el papel, etc.
Siempre que se produce un cambio de estas dimensiones, la amenaza de la extinción de lo originario se cierne sobre quienes lo crearon. Pero la realidad es que, si bien su uso puede disminuir, los viejos medios nunca mueren ni se desvanecen. Así, la radio digital y la radio analógica conviven a día de hoy, aunque la primera se encuentra todavía en fase de expansión.
La digitalización de la radio se lleva a cabo mediante softwares, los nuevos espacios que o bien sustituyen a las ondas electromagnéticas de los aparatos radiofónicos, o conviven con ellas. Las fuentes, el registro y la manipulación del sonido han cambiado, situándose ahora en el soporte digital, donde dispositivos como móviles y ordenadores son las nuevas radios.
Ejemplos de radio digitalizada
Existen, principalmente, tres ejemplos de digitalización de la radio.
- Radio Digital Terrestre (RDT)
La Radio Digital Terrestre es la digitalización del espectro radioeléctrico de las frecuencias. Es, por así decirlo, situar la radio dentro de internet. Se coloca la señal de la emisora dentro de un portal web al que se accede como a cualquier otra dirección.
Como parte de la red, se trata de un formato mucho más interactivo que ofrece otras ventajas como mejor calidad de audio, resistencia a interferencias o capacidades adicionales como vídeo y multimedia.
No obstante, es una tecnología poco extendida pues es necesario un receptor específico. Si se compara, por ejemplo, con su equivalente televisivo, la Televisión Digital Terrestre, se observan las diferencias de difusión entre ambos medios de comunicación. Al igual que se produjo el apagón analógico de la televisión, este paso nunca se ha llegado a dar con la radio.
Los dos ejemplos más notorios de RDT son IBOC (In-Band On-Channel) y DAB (Digital Audio Broadcasting). Uno estadounidense y otro europeo, estos RDT fueron los primeros casos exitosos de esta nueva modalidad digital.
- Emisoras de radio virtual
También llamadas radios en línea, son emisoras que utilizan la tecnología streaming para transmitir en tiempo real. Sería, por así decirlo, situar la radio dentro de internet, no utilizar la web como enlace a la transmisión analógica.
Es un modelo de emisión más rápido en cuanto a su creación así como más barato y un público mucho más amplio, tan amplio como global. Las radios virtuales pueden incluir blogs, foros, chats, llamadas, secciones y textos, entre otros ejemplos.
Son ligeramente diferentes a otros tipos de radio pues ya nacen pensadas para este formato digital. No obstante, no han alcanzado tampoco un gran lugar ni dentro de la web ni en lo que se refiere a la radio.
- Podcast
Precisamente el éxito de los podcast es de las evidencias más recientes. Este es el formato digital radiofónico de más éxito hasta el momento y todavía podría considerarse que se encuentra en fase de desarrollo.
La idea básica de los podcast es la permanencia. Son, salvo excepciones, programas de radio en diferido que se dejan en la plataforma donde se ubiquen por todo el tiempo deseado. El formato de estos podcast también es diferente al de la radio analógica. Rompe, por ejemplo, con las ataduras de una programación lineal, y ofrece altas dosis de interactividad.
La variación de estos programas, así como su temática, son muy variados: información, cultura, humor… Cualquier cosa puede convertirse hoy en día en un podcast. Un audio, estilo radiofónico, que nos acompaña mientras hacemos cualquier otra cosa. Con diferentes registros, mucho diseño, efectos sonoros y alta calidad, estos nuevos formatos están no solo revolucionando la concepción de la radio sino que están conquistando otras esferas. Son muchas las empresas o marcas que, sin ser medios de comunicación especializados en radio, se suman a hacer estos programas más accesibles para incrementar sus auditorías. Por ejemplo, la revista Historia del National Geographic, originariamente prensa escrita, en papel y digital, ofrece parte de sus contenidos en estos formatos.
Por lo tanto, esta búsqueda de digitalización que comenzó en los años 80 y que parecía no terminar de dar los frutos deseados alcanza ahora un buen camino que puede cambiar el concepto de la radio y del mundo de la locución.